sábado, 14 de febrero de 2009
La historia de una amistad...en San Valentin
"Debemos aprender de el, ya que tenemos pies y no sabemos hacia donde caminar... nos volvemos paralíticos del alma"
EL DIA QUE LO CONOCI
A César, lo conocí hace ocho años atrás. Fue,cuando un familiar lo sacó un día a tomar el sol en su silla de ruedas, y yo transitaba por una calle de la zona oriental, junto a mi camarógrafo de ese entonces. Fue muy impactante para mí, ver su figura: “Para, para el vehículo”, le dije al chofer.
Entonces me acerqué a aquel muchacho, que parecía no tener torso. Sus piernas y brazos estaban prácticamente pegadas a su cabeza. Era desgarrador ver a un adolescente vivir en esas circunstancias…pero el no parecía, vivir como yo creía. Su mirada era tan dulce, y sonrió con gran alegría cuando me le presenté. “Soy periodista”, le dije, mientras yo también le dedicaba una amplia sonrisa y le pasaba mi tarjeta de presentación. “Puedes llamarme le dije” y me fui de allí con un dolor extraño en mi corazón. ¡Cuando me despedí de Cesar, jamás pensé que seríamos amigos, hasta el sol de hoy!
Días después, navegando en Internet, César Augusto Arias, quien padece de una esclerosis y distrofia muscular colectiva, me saludó por el Chat. Es así como a través de los años, ambos, nos hemos mantenido comunicándonos a través del Messenger.
Su discapacidad no ha sido obstáculo para el descubrir su verdad, en el Dios ha puesto un toque diferente: es alegre y ha aprendido a valorar lo que tiene. Muchos se maravillan al verle, como con tal carencia puede ser alguien normal.
Cesar fue un infante normal. Fue a lo largo del tiempo que su cuerpo comienza a deformarse con la enfermedad que padece.
Desde muy joven, Cesar se ha destacado por ser alguien admirable, ya que puede hacer amigos con cierta facilidad, su autoestima es digna de admiración, muchos debemos aprender de el, ya que tenemos pies y no sabemos hacia donde caminar, nos volvemos paralíticos del alma, pero sin embargo el no, su discapacidad no ha sido obstáculo para el descubrir su verdad, en el Dios ha puesto un toque diferente, el es alegre y ha aprendido a valorar lo que tiene, muchos se maravillan al verle, como con tal carencia puede ser alguien normal.
En todos estos años, César nunca me ha pedido nada. Pero hace poco, comencé a preguntarle cómo hacía para sobrevivir estando en las circunstancias en que estaba. Viviendo con una enfermedad que le carcome los huesos. “Necesito una cama ortopédica para dormir y alguna ayudita económica, pues mi mamá sufre mucho conmigo” me dijo con cierta vergüenza que sentí aun a través de la distancia física que nos ha separado durante estos años en que no lo he vuelto a ver, pero que siempre he sentido cerca de mí cuando enciendo el computador.
Aunque este joven es paralítico tiene dentro de sí una gran alegría y dignidad. Sabe computadora, y aprendió desde pequeñito a hablar ingles, mirando la televisión americana. "Debemos aprender de el, ya que tenemos pies y no sabemos hacia donde caminar, nos volvemos paralíticos del alma", dice con acierto un familiar suyo. En esta imagen podemos ver al jovensito junto a familiares cuando celebraba su cumple.
Espero que el administrador de la Lotería Nacional, José Francisco Peña Guaba, o cualquier otra institucion le tienda su mano solidaria a este joven dominicano, que atraviesa por una difícil situación económica. Ojalá y puedan ayudarlo con alguna suma, aunque sea módica mensualmente, para que el pueda seguir adelante. Su caso es un ejemplo de perseverancia y esfuerzo. En el dia de San Valentin le envio un abrazo grande a mi amigo Cesar Augusto Arias.
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2 comentarios:
Dios mio Judith, cuantos casos y aqui tanta gente ganando tanto dinero,con fincas, carros de lujo.
Judith le pido a Dios por ti, porque elejiste una carrera fuerte.
Ojala y se encuentre ayuda para ese joven. Es un ejemplo de vida.
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