martes, 8 de junio de 2010

La vida le cambió a la nodriza dominicana

Sonia, es una humilde mujer dominicana, madre de cuatro hijos que saltó a la fama el pasado mes de enero cuando amamantó a un bebé gravemente herido en el pasado terremoto de Haití. Ella fue bautizada como la nodriza dominicana. "Mi niña estaba interna cuando sucedió lo ocurrido. Yo tenía 8 días en el hospital. tenía 17 días que había dado a luz y mis senos estaban bastante cargados", dice con amplia sonrisa mientras conversamos en su hogar en Enriquillo Barahona. Mientras acompañaba a su hija en el hospital, veía cómo hasta las personas más humildes llegaban con agua, ropa o comida para ayudar a los haitianos sobrevivientes. Entonces se motivó a ayudar con lo único que tenía en ese momento: leche materna."Cuando llegaron esos niños allá...Me motivó ver que estaban adoloridos y con hambre y yo pudiendo ayudar en ese momento quise actuar como una persona solidaria. Fue así como los médicos dominicanos colocaron en sus brazos a Orlando, un bebé haitiano que llegó con severas fracturas en el cráneo y casi desnutrido. "El me miraba así como quien dice esta persona no es mi mamá y al yo abrigarme de el, sentí bueno, que el pensó esta no es mi madre ahora mismo. El se apegó mucho a mí en ese momento y después yo no quería que se lo llevaran", cuenta. Sonia nunca imaginó que su ayuda desinterisada cambiaría su vida para siempre. Por su acto de amor, el gobierno del presidente Leonel Ferández dispuso que se le entregara una casa. Sonia vivía en una destartalada casita de madera al Sur del país. Ahora vive en una casa nueva,amueblada completamente por la Lotería Nacional. "Desde que vivo aquí duermo tranquila. Ya no me preocupo por alquiler ni nada". Su alegría es tan contagiosa que me imagino cómo durmió el primer día en esas cuatro paredes que ahora son suyas. Hace solo unos días esta mujer recibió la sorpresa de su vida, cuando en la recién terminada cumbre mundial sobre el futuro de Haití, el presidente Fernández la condecoró con la orden al merito Duarte, Sanchez y Mella:la condecoración más alta que un dominicano o dominicana pueda recibir."Me sentí muy emocionada. Me dió un friito raro. El presidente me dijo que ningún acto de solidaridad lo había motivado tanto como el gesto que yo tuve". Pero la mayor alegría para Sonia es tener la esperanza de que su hijita enferma se recupere. La pequeña Haniser de tres años, tiene una bacteria en una de sus piernitas que le ha ido carcomiendo el hueso por completo hasta dejarla casi inválida. "Mi niña ha estado muy enferma. Me cansaba de solicitar ayuda y me era difícil", dice mientras llora sin poderse contener. Hace un esfuerzo y prosigue:"me han dicho que ella puede caminar, haciéndole un injerto nuevamente". El gobierno dominicano también dispuso que la niña sea atendida en un hospital de Estados Unidos."Después que le dí el seno a ese niño todo ha cambiado.A veces hay que hacer el bien sin mirar a quien. Yo hice eso y Dios vio que yo tenía mi corazón limpio en ese momento. le doy gracias a Dios porque mi vida ha cambiado. No hay duda de que Sonia está recibiendo el milagro de las obras bien realizadas. El fruto de un acto desinteresado que grita a viva voz que aun vive la esperanza en Quisqueya.

1 comentario:

Anónimo dijo...

2da de Corintions 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

Me alegro mucho por esa señora, espero en Dios que su hija pronto sane.

Excelente Post!!!