jueves, 17 de enero de 2008

La misteriosa muerte de Adrián

Ayer conocí a esta muchacha que ves en la fotografía. Se llama Nidia Lantigua. Ella estaba feliz porque al fín había conocido al verdadero amor de su vida, pero lo perdió de la manera más cruel: todo apunta a que fue asesinado. Ella vive en Santiago y como el caso de su esposo, aun no ha sido esclarecido por la justicia de Higuey, donde ocurrió el hecho, vino a la capital a ver si a través de la prensa, puede ayudar a resolverlo, ya que las autoridades, no han dicho nada sobre el caso, que está en el limbo jurídico. Nidia y Adrián se conocieron por la internet y se hicieron novios . Así duraron tres años de relación hasta que se casaron. Ellos vivían una maravillosa relación de amor; se amaban tanto, que Adrián le expresaba su amor constantemente y le decía que si él moría antes que ella, buscara un hombre bueno que la amara tanto como el. Adrián, le pidió que si algún día volvía a casarse y tenía un hijo le pusiera su nombre: Adrián. Nidia, según narra, siempre le pedía que no hablara tanto de la muerte. Cuando su esposo lo hacía un gran presentimiento le oprimía el corazón. Pero el jóven le decía que estaba completamente seguro de que Dios existe y que después de la muerte, existe la vida. Esta fotografía, tomada en noviembre del 2006 fue la última imágen captada del matrimonio, antes de que la muerte trágica sorprendiera a Adrián, que murió al lanzarse de un vehículo en marcha en la zona turística de Higuey. Quienes le acompañaban, no pudieron explicar en la policía, quién o quiénes amenazaba al jóven dentro del automóvil, para que éste tomara la decisión? Todo ocurrió cuando el vehículo en el que viajaba Adrián, junto a unos compañeros de trabajo de Punta Cana, fue chocado en la parte delantera, por una camioneta que conducía un joven de 19 años, junto a otras personas. Supuestamente, como los muchachos intentaron escapar, Adrián, según contaron testigos en los interrogatorios policiales, decidió montarse con ellos en el vehículo que conducían los jóvenes, para que no se escaparan....un compañero de Adrián también le acompañó para ir a la policía. Minutos después, según reportes cronológicos de los hechos, Adrián es econtrado moribundo en unos matorrales de la carretera de Higuey. Tenía sólo algunas magulladuras en sus brazos, pero un golpe fuerte y contuso en la cabeza, que según patología no se lo hizo cuando se lanzó del carro. Su caso, pasó de un accidente de tránsito a homicidio. Pero la muerte de Adrián aun no se ha esclarecido, pese a la lucha que lleva su esposa Nidia, para que la justicia investigue qué sucedió realmente con la muerte de su esposo. Y si lo del choque, fue una cohartada para luego asesinarlo de esa manera. El amigo de Adrián, que le acompañó junto a los jóvenes que chocaron el carro donde viajaba la víctima, se contradijo, igual que todos en los interrogatorios policiales: primero dijeron que cuando el jóven se tiró al pavimento el vehículo iba a una velocidad de 30 kilómetros por hora, después a 50 y luego subieron a 80. Ninguno de los que abordaban el carro, dijo qué sucedió realmente. Ellos negaron que hubiera alguna discusión. Sólo dicen que Adrián se lanzó sin más ni más. Pero lo curioso del caso, es que el jóven supuestamente se lanza del carro en marcha, y ellos no se detienen. ¿Porqué no lo hicieron? ¿Porqué su amigo y compañero de trabajo no hizo el intento de detener el carro para ayudar a su compañero herido?....todas esas preguntas sin respuestas, se las hace Nidia cada noche en la que no puede dormir pensando que el crimen de su esposo quedará impune. Su abogado, el prestigioso abogado Cotes Morales, según ella misma dice, la ha abandonado. Al principio llevó el caso, pero desde hace un tiempo ya no contesta sus llamadas. Esta jóven mujer está desesperada, porque el día del accidente, Adrián llamó a su celular, pero ella sólo escuchó una respiración agitada al otro lado de la línea, ella se cansó de preguntar qué pasaba hasta que lo vio en cuidados intensivos donde murió días después. El caso aún no se ha investigado y Nidia, con los ojos llorosos, pide justicia. Yo todavía no puedo olvidar el rostro triste de esta muchacha que aún no se recupera de la muerte de su esposo.

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