A Yaqui Núñez del Risco, le escuché decir el otro día en su programa CDN la radio, que su padre lo obligaba a aprenderse cada día cinco palabras en el diccionario académico de la lengua.
Aquello era un castigo terrible para el, pero con el paso del tiempo, aquello que el niño creía que era un "castigo" se convirtió en una gran bendición para uno de los profesionales de la comunicación de mayor prestigio y capacidad que tiene el país.
Al año, este maestro de la televisión se había aprendio 1,825 palabras que luego utilizaba muy bien cuando se comunicaba con el público de una manera excepcional.
"Qué lástima que mi padre no esté vivo , para yo decirle hoy: viejo gracias por el castigo", dijo un Jaqui emocionado mientras recordaba a su padre.
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