viernes, 29 de mayo de 2009

Ramón Mercedes, un polizón que ganó la batalla

Hace apenas unos meses me lo encontré en la calle,cuando salía del palacio de la policía. Allí estaba Ramón Mercedes,llamándome por un nombre que no era el mío: me llamó la atención que me decía el nombre de otra periodista dominicana, "no, mi nombre es Judith", le dije. ¿En qué puedo servirte? Ramón me contó que era un polizón dominicano que perdió sus piernas en Alaska tras embarcarse ilegalmente en busca de un sueño que terminó en pesadilla. La historia que me contó me dejó fascinada, tan fascinada como me dejó su forma maravillosa de ser y de ver la vida tras el infierno que vivió. Hace ya unos meses desde aquel aleccionador encuentro. Les confieso que he aprendido tanto de él: su lucha por volver a caminar, el coraje, la fuerza interior que no le permite desmayar... Aquí te dejo la hermosa historia de Ramón Mercedes contada en imágenes por esta reportera que se considera su admiradora número 1. Ramón Mercedes, es un verdadero ejemplo de superación personal. MIRA EL VIDEO AQUI

7 comentarios:

Gustavo Román dijo...

Esperanzador...

Anónimo dijo...

Judith Te felicito por esta historia unas de las muchas buenas que tu publica Ramon te felicito tu perceverancia eres un ejemplo de superacion, Te deseo mucha felicidad junto a toda tu familia, gracias por demostrar que cuando se quiere se puede.

Anónimo dijo...

RAMON MERCEDES RECIBIO LA BENDICION DEL SEÑOR TODO PODEROSO SIGUE ASI QUE LLEGARAS MAS LEJOS CON BUENA FE Y PA´ LANTE AMEN

ATT.FREDDY

Judith Leclerc dijo...

Cuando siento que no puedo más...pienso en Ramón y su gran historia y entonces recibo un bálsamo de paz y continuo adelante, a pesar de todo. Me alegra que les haya gustado, vale la pena verla.

stephanie dijo...

Hola mi nombres es stephanie y conoci al senor Ramon mercedes cuando estubo aqui en montreal canada hospitalisado mi mama y mi tia lo fueron a visitar y cuando lei la noticia de un polizonte senti una corazonada de q era ese senor estoy muy contenta q el este bien y q apesar de las adversidades no se alla dado por vencido . Q dios lo siga bendiciendo y te felicito a ti judith por darle la oportunidad al pueblo de presentar sus historias.

Hogar Sano dijo...

Antes que todo quiero felicitarte por esta historia que presentas en tu blog, realmente es hermoso que una persona ocupe su tiempo en mostrarnos lo hermosa que es la vida, nos ensena cuan importante es nuestro paso por este mundo, porque muestras la realidad, me encanta tu blog. En cuanto a Ramon Mercedes Usted es un ejemplo, un orgullo, ha enfrentado la vida con el corazon, para superar las contrariedades que la vida te ha dado, aun asi has salido a camino, y tu experiencia aunque muy triste realmente te ayudara a salir adelante, y ayudara a otras personas a ver que no hay obstaculos, y lo mejor, estas de la mano de Dios, lo reconoces, Mil bendiciones para Judiht, mil bendicione spara Ramon y toda su familia...yes we can....

Anónimo dijo...

Con todo respeto me dirijo a tan prestigioso medio, porque soy su fiel seguidor y por tanto sé de la calidad de sus opiniones y las características de su altura para informar, razón por la cual cuento con su apoyo para exigir una explicación pública por una situación que me parece desalentadora y rapaz: Unos familiares míos que pertenecen a la Policía Nacional, a los cuales, con fines de otorgárseles sus bien ganados ascensos, se les exigió que tomaran, en el mes de febrero, unos cursos intensivos que les acarrearon altísimo gastos extras (inesperados), les separaron de sus familias, de sus actividades de estudios y trabajos parciales que ayudaban al sustento de los suyos, todo eso asegurándoseles que sus ascensos les serían otorgados, ascensos que eran primero por su tiempo reglamentario ya bien cumplido en las filas de la institución; segundo y en menor grado, por las buenas notas alcanzadas en las evaluaciones de esos cursos; viéndose los mismos burlados una vez más por la desorganización reinante en una institución que, como muchas de nuestro país, parece fallarle a muchos de nosotros (fuera y dentro de las filas); encontrándose estos jóvenes con que a muchos de los miembros policiales que tomaron los cursos, no se les reconocieron sus esfuerzos ya que estos han sido obligados a tomar los cursos nuevamente para subsanar el error cometido por la Jefatura de la Policía Nacional y la Secretaria de Interior y Policía, quienes a puertas serradas reconocen ser los culpables de que las evaluaciones se perdieran o el tiempo reglamentario no fuera computado por equivocación, mientras amenazan sublimemente a los afectados si piden acciones para solucionar el problema. Lo que trae más sospechas es el hecho de que muchos de los que están en esa situación tengan en común haber reclamado sus derechos a algún Superior en algún momento reciente de su carrera policial y se le adhiere a eso que a los mismos se les obliga de nuevo a dejar otras responsabilidades para venir desde lugares lejanos del país hacia la capital y de manera muy burlona se les dice que no serán ascendidos aún aprueben de nuevo sus evaluaciones finales, por lo que quedaran retrasados y olvidados por las autoridades responsables de reconocerles sus prestaciones laborales, que es como se entienden las promociones. De manera burda se subestima nuevamente el valor y el esfuerzo del trabajador dominicano por las autoridades apuntadas en su puesto, directa o indirectamente, por no otra razón que la voluntad popular, la cual los familiares de los impedidos para votar volveremos a ejercer muy pronto cobrando las vejaciones a nuestros allegados. Esos jóvenes, según los reglamentos policiales debieron ser ascendidos por tener cumplidos por demás su tiempos y haber aprobado sus exámenes con notas satisfactorias (púes fueron corregidos, en primera instancia, frente a todos). Es nuestro pensar que nadie bajo esa circunstancia merece ser dejado fuera de su bien ganado ascenso, por el hecho de que las instituciones mencionadas no quieran asumir sus errores, desatendiendo su responsabilidad de ascender a quienes lo merecen, dejando la moral y las ganas de trabajo de estas personas completamente minada por el desencanto y otras plagas morales, lo que priva más aún a nuestra sociedad de personas que la protejan, pues nadie en esa situación se sentirá comprometido con su deber, por lo que espero un consejo orientador de su parte de cómo (en bases legales) deberían proceder estos hombres y mujeres para que se les haga justicia, además de un comentario público que logre dignificar su situación. Tomense 5 minutos y hagan uso de la Ley de Acceso a la Información por telefono o correo (para que verifiquen mi denuncia) y luego hagan, por favor, su público comentario.