lunes, 31 de agosto de 2009
El orgullo del batey Algodón
POR RIANNY MENDEZ/ UNA INVITADA MUY ESPECIAL
Esta historia comienza con una alfabetizadora que no sabe leer ni escribir.
Finaliza la década de 1980. Una tarde cualquiera, debajo de un árbol, la maestra enseña español a un grupo de niños de distintas edades, cerca de las barracas donde viven apiñados trabajadores del azúcar. Entre el grupo, corretean dos pequeños que se convertirán en el orgullo del batey Algodón, en los dos primeros médicos oriundos de aquí.
Pero, esperen, de los “doctores” hablaremos en un momento. Ahora estamos detenidos en los ojos de Hilda Pérez, la peculiar maestra. Desde la puerta de su destartalada casa de madera, ella vuelve a vivir aquella época. Como hoy, alrededor del batey sólo hay matorrales, cañas y polvo. La carretera que conduce a Barahona, en el Suroeste dominicano, casi cruza por encima del caserío. Seguir leyendo en http://www.riamnymendez.blogspot.com
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